martes, 14 de abril de 2009

PARA LA LIBERTAD.




Para la libertad sangro, lucho, pervivo. Para la libertad, mis ojos y mis manos,como un árbol carnal, generoso y cautivo,doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazonesque arenas en mi pecho: dan espumas mis venas, y entro en los hospitales, y entro en los algodones como en las azucenas.
Para la libertad me desprendo a balazos de los que han revolcado su estatua por el lodo.Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,de mi casa, de todo.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan, ella pondrá dos piedras de futura mirada y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida. Porque soy como el árbol talado, que retoño: porque aún tengo la vida.




MIGUEL HERNÁNDEZ, El hombre acecha, (1938-39).